Vivimos en una sociedad en la que los castigos se utilizan habitualmente para “educar” a los niñ@s y adolescentes. Es la principal herramienta que utilizan los padres, están aceptados y se transmiten de padres a hijos. Pensamos que, si no les castigamos, es como si se salieran con la suya.
El niño a la niña con Dislexia muestra una lectura con esfuerzo, tiende a cansarse, pierde la concentración constantemente mientras está leyendo. Rechaza las tareas de lectura y de escritura debido al sobreesfuerzo que debe hacer cada vez que intenta realizar este tipo de tareas.
Hoy en día es frecuente la preocupación de los padres ante el uso constante de las pantallas por parte de sus hij@s adolescentes.
Cuando alguien comete un error, ya sea hijo, padre o amigo, responde de manera compasiva, desde la comprensión.
Generar culpa no ayuda a aprender, lo único que conseguiremos es que sienta vergüenza e intente esconder su próximo error o externalizar la culpa, es decir no asumir el error como propio y «echar balones fuera»
Podría escribir hojas sobre la culpa….. jejeje, pero no lo haré…
Asumamos que cuando cometemos errores se da la oportunidad de aprender de ellos; valorar lo que ha fallado y sabemos que debemos hacerlo diferente la próxima vez.
Seamos compasivos, comprensivos y NO generemos culpa.
1º conecta con su emoción, puede que se sienta frustrado, avergonzado…
2º Hazle preguntas curiosidad para que pueda entender lo que ha pasado y sus consecuencias.
3º Busca soluciones y no culpables.
4º Compartir con libertad los errores que has cometido y el aprendizaje adquirido.
Hoy en día, muchas veces al errar, lo entiendo como parte del proceso de intentar o aprender; sin embargo, aún hay veces que me asalta esa vergüenza que arrastro desde que era peque…
Asumir errores y asumir que son parte de un proceso de aprendizaje a veces resulta complicado, los procesos de cambio llevan su tiempo, y en este caso es necesario un cambio de actitud por parte de padres e incluso con los errores de uno mismo.
¿Cómo os sentís cuando cometéis un error? ¿ y vuestros hijos como creéis que se sienten?
Esta es una de las preguntas que muchos padres nos hacen en consulta así que os dejamos algunos consejos:
Mucho se está hablando estos días de la fatiga pandémica.
Y con razón, a muchos comienza a pesarnos esta situación llena de incertidumbre, cambios, …
Os quiero presentar esta técnica que usamos mucho en nuestra consulta con niños, adolescentes y adultos.
Es importante saber escuchar nuestro cuerpo, escuchar las sensaciones internas, comprenderemos nuestras emociones. Este proceso se llama Focusing, y se trata de enfocarnos en nuestras sensaciones y poder atenderlas y elaborarlas y abrir un proceso de cambio.
Cuando nos sentimos emocionalmente desbordados, estresados, enfadados, que no podemos más; podemos “perder los papeles”, gritar a nuestro hijo, recriminarle…
Os pongo un ejemplo, estáis en el supermercado con vuestro hijo y te pide que le compres unas galletas a lo que tú no accedes por el motivo que sea. Tu hijo reacciona con un enfado monumental, llanto inconsolable, etc… Te puedes imaginar la escena ¿verdad?
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