RABIETAS: CÓMO ACTUAR.

CONEXIÓN ANTES QUE CORRECCIÓN.

Cuando nos sentimos emocionalmente desbordados, estresados, enfadados, que no podemos más; podemos “perder los papeles”, gritar a nuestro hijo, recriminarle…

Os pongo un ejemplo, estáis en el supermercado con vuestro hijo y te pide que le compres unas galletas a lo que tú no accedes por el motivo que sea. Tu hijo reacciona con un enfado monumental, llanto inconsolable, etc… Te puedes imaginar la escena ¿verdad?

Es posible que intentemos explicarle las razones por las que hemos decidido no comprarlas, pero parece no querer entender; nos vamos poniendo cada vez más nerviosos e incluso a enfadarnos y sentirnos impotentes por no poder hacer que se calme.

Antes de poder acceder al pensamiento reflexivo, nuestro cerebro necesita estar en calma. Es decir, cuando las emociones de nuestro hijo son tan intensas no podemos activar las zonas cerebrales responsables del razonamiento. Para que nos entendamos, cuando está tan alterado emocionalmente no tiene la capacidad de escuchar y entender lo que queremos decirle. Primero debe calmarse.

Y esto ocurre tanto en niños como adultos.

En el caso de los niños, su inmadurez cerebral y por tanto emocional necesita de nosotros para regularse emocionalmente.

¿QUÉ PUEDO HACER?

Os explico cómo actuar ante una rabieta, un llanto inconsolable o cualquier situación emocionalmente intensa.

    1. Contacto visual: ponte a su altura
    2. Valida sus sentimientos: no es malo sentir enfado, tristeza, …
    3. Escucha: con interés real, dejándole expresarse. No juzgues ni defiendas, solo escucha.
    4. Ayúdale a autorregularse: mediante un juego, un abrazo, un masaje, un cuento,…
    5. Reflexionar juntos sobre lo ocurrido. En calma analizar lo sucedido, las consecuencias mediante preguntas de curiosidad.
    6. Entre ambos definir una narrativa que incluya: sensación corporal, sentimiento, pensamiento y conducta.