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¿Qué es la hiperactividad?

Existen niños/as cuya manera de comportarse es diferente al de la mayoría. Puede que tu hijo/a no deje de moverse constantemente, lo mira todo, lo toca todo, no pide permiso, no presta atención, no escucha cuando se le habla, deja sin terminar las cosas que empieza… La realidad es que todos los niños son diferentes, pueden tener alguna característica común (el color del pelo, la estatura…), pero un niño se diferencia de los demás en muchos otros aspectos. Por tanto, la necesidad que tiene tu hijo de moverse y de cambiar el foco de atención constantemente, es una característica que, entre otras muchas, lo diferencia de los demás.

Los niños con hiperactividad se caracterizan porque desde pequeños no paran de moverse y son incapaces de estar atentos a un juego o una actividad un tiempo razonable.

Es importante que reciban el apoyo de psicólogos y pedagogos cuanto antes, ya que frecuentemente puede aparecer retraso en el aprendizaje, problemas de relaciones sociales y un deterioro de la autoestima si no se les proporciona la ayuda adecuada a una edad temprana.

Vosotros, los padres/madres, podéis observar el comportamiento habitual de vuestro hijo y decidir si es conveniente llevarlo a un psicólogo para confirmar o descartar un diagnóstico de hiperactividad.

En nuestro centro de psicología Psicofer realizamos una valoración individual del niño, ya que es importante conocer sus aptitudes y habilidades para poder proponer los cambios necesarios.

Pero además, mediante la intervención de nuestro equipo de psicólogos y pedagogos, pretendemos que no solo el niño se adapte al entorno que le rodea, enseñándole y proporcionándole las herramientas adecuadas para ello, sino que también el entorno se adapte al niño, proporcionando pautas de actuación a los padres y manteniendo un constante contacto con el centro escolar al que acude el niño para que su condición de hiperactividad no repercuta en su vida escolar, social y familiar.

Si la sociedad en la que vivimos estuviera organizada de otra manera, con una vida al aire libre, menos masificada, con un sistema educativo más participativo y menos sedentario, hubiera menos presión hacia los niños para que tengan todos ellos un comportamiento idéntico, “normal”, los niños/as con hiperactividad no sufrirían tanto y serían aceptados por parte de la sociedad tal y como son.

La manera de comportarse que tienen los niños/as con hiperactividad no es una enfermedad, sencillamente, su cerebro funciona de otro modo, lo que les lleva a la necesidad de moverse con frecuencia y de tener que cambiar el foco de atención constantemente. Este comportamiento les puede crear dificultades para adaptarse a su entorno escolar (bajo rendimiento o fracaso escolar), familiar (problemas de conducta), problemas en las relaciones sociales (rechazo por parte de sus compañeros) o personal (ansiedad, baja autoestima, problemas de sueño).

La intervención que ofrecen los psicólogos y pedagogos de nuestro centro Psicofer tiene como objetivo que el niño aprenda a controlar su comportamiento para prevenir o resolver la situación de inadaptación a su entorno.

Terapia de pareja

Todo aquel que está casado o lo ha estado ha tenido problemas de pareja. A lo largo de la vida de una pareja pueden surgir periodos de crisis en las que la pareja se distancia, las discusiones son frecuentes y aparecen las dudas, el enfado, la soledad… Es en estos momentos en los que muchas parejas deciden intentar retomar aquello que les unió en un principio.

Hay ocasiones en las que estos problemas nos hacen plantearnos si vale la pena seguir esforzándonos por mantenernos unidos. Es aquí donde aparece un puno de inflexión, es decir, es en estos momento cuando debemos contar con recursos que nos permitan valorar la situación en la que nos encontramos de manera realista y tengamos las habilidades necesarias para plantear los problemas y las posibles soluciones a nuestra pareja. De esta forma seremos capaces de tomar la decisión correcta.

Una parte importante de las relaciones, es saber asumir las dificultades que se nos plantean y saber afrontarlas de manera adecuada junto con nuestra pareja. Esto no resulta una tarea fácil, sin embargo, es posible aprender a hacerlo y conseguir una vida en pareja más feliz.
Cada miembro de la pareja tiene necesidad de afecto, sexo, compañía, comunicación, aprobación y reconocimiento. Por ello, una pareja sólo tendrá éxito si ambos miembros os enganchais en acciones y expresan frases que hacen que el otro se sienta amado y apreciado.

Esto no significa que una persona tenga que perder su propia identidad y dedicar su vida a gratificar a su compañero; si no que, una pareja con éxito está basada en un mutuo intercambio de amor y respeto.

El objetivo de la terapia de pareja es mejorar la calidad de la comunicación e interacción de una pareja, y que adquiráis las habilidades necesarias para solucionar los problemas. De esta forma, conseguiréis una relación más plena y feliz.

En nuestro centro de psicología  os enseñaremos técnicas que os ayuden a tomar decisiones, comunicarse, escucharse y respetarse. Volveréis a recuperar esa intimidad que teniais al comienzo de la relación. Todo ello se consigue mediante un proceso de aprendizaje facilitado por el terapeuta que actúa como guía.

Cuando la pareja acude a terapia no intentamos buscar la responsabilidad de nadie, sino que, por el contrario, nos centramos en la relación y en qué puede hacerse para mejorar las habilidades de solución de problemas, disminuir la tendencia a herirse y aumentar el intercambio de amor y respeto. En definitiva volver a ser felices el uno junto al otro

Tu vales

Una profesora en clase saca de su cartera un billete de 20 euros y lo enseña a sus alumnos a la vez que pregunta: «¿A quién le gustaría tener este billete?». Todos los alumnos levantan la mano.

Entonces la profesora coge el billete y lo arruga, haciéndolo una bola. Incluso lo rasga un poquito en una esquina. «¿Quién sigue queriéndolo?». Todos los alumnos volvieron a levantar la mano.

Finalmente, la profesora tira el billete al suelo y lo pisa repetidamente, diciendo: «¿Aún queréis este billete?». Todos los alumnos respondieron que sí.

Entonces la profesora les dijo:
«Espero que de aquí aprendáis una lección importante hoy. Aunque he arrugado el billete, lo he pisado y tirado al suelo… todos habéis querido tener el billete porque su valor no había cambiado, seguían siendo 20 euros. 
Muchas veces en la vida te ofenden, hay personas que te rechazan y los acontecimientos te sacuden, dejándote hecho una bola o tirado en el suelo. Sientes que no vales nada, pero recuerda, tu valor no cambiará NUNCA para la gente que realmente te quiere. Incluso en los días en los que sientas que estás en tu peor momento, tu valor sigue siendo el mismo, por muy arrugado que estés»